Las normas son necesarias y, es que hasta la más liberal
expresión de sentimiento necesita de unas pautas. La literatura es
expresión, pero… no vale cualquier forma. Todo es legible y comprensible
pero no válido para que quepa dentro de unos cánones.
Ya desde el principio de la asignatura tuvimos que marcar indicaciones
que nos llevarían a conocer otras tantas que definen muchos de los
aspectos de la literatura.
Crear es producir algo
de la nada, realizar algo partiendo de las propias capacidades,
establecer, fundar, idear, construir, imaginarse… y todo esto lleva
implícito conseguir algo con forma, con unas característica que hagan
que la “nada” desaparezca para dejar paso a algo más que eso… esto, ya
es una norma.
A partir de aquí, dependerá de la
intención para seguir uno u otro camino y ¿qué es esto sino la vida
misma? Todos los días creamos nuestra historia, nuestro presente y
confeccionamos una base para nuestro futuro, por eso y si queremos,
todos podemos escribir literatura si nos dejamos guiar por las
exigencias que requiere cada género.
Querer es
poder, pero es cierto que a veces (sino siempre…) necesitamos un
aliciente, una motivación que funcione como motor para echar combustible
a la máquina de crear y sino ¿quién nos iba a decir a muchos de
nosotros que seríamos capaces de CREAR un blog que… mejor o peor, más
bonito o más feo, mostrase semejantes continentes y contenidos como los
nuestros?
Entonces y pensando en mi futuro como
maestra, lo que me toca es pensar en qué me gustaría que hubiesen hecho
por mí para sacar un máximo partido de la creatividad, que todos en
algún rinconcito tenemos; eso es lo que debo hacer yo el día de mañana
para que mis chicos hagan de su interior algo para el exterior, porque
todos valemos, hay gustos para todos y lo que yo escriba no le gustará a
algunos y sí a otros… ¡¡¡a mi no me gusta cosas que tienen un éxito
apabullante!!!
Hoy en clase, me he dado cuenta de
que si alguien te aprieta un poquito todos tenemos algo qué ofrecer,
pero quizás vivimos en una era marcada por estereotipos que, si no
ahondamos en la cultura del arte, creemos que al no seguir esa norma, no
estamos siendo buenos. Quiero entonces, poder transmitir a mis futuros
alumnos cómo deben aprender a plasmar lo que quieran, siendo capaces de
valorarlo para que también lo hagan los demás, que no desprecien
cualquier cosa que piensen en escribir en el momento más malo en el
rincón más oscuro.
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